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La Indagación Científica. Una constante dicotomía entre las Artes y la Ciencias.
Según un documento, se menciona que el concepto de indagación comenzó hace 110 años. Es decir ya una centuria con este concepto. ¿Por qué aun cuesta que los estudiantes se inclinen por la ciencia? El niño en su primera infancia, juega a veces que es un “Científico Loco” que empieza a realizar experiencias, como una manera de satisfacer una inquietud o una duda que le ha surgido. En qué momento esa mente inquisidora de cuestionamientos sobre lo que le rodea, se apaga. El “como” o el “para que”, quedan relegados, por falta de interés, mala concepción familiar, o por un profesor abrumado que no quiere salir de algunos preceptos, de lo que se debe enseñar, pensando que eso le será útil. Entonces el arte y la ciencia no están tan distantes, ya que en el arte, la naturaleza propia de la persona la lleva a buscar nuevas expresiones como ritmos, composiciones. Por ende una persona que lo dejan jugar a ser un científico, tiene que encontrar a un profesor motivador que le acompañe en ese proceso, y que sepa orientar las preguntas de los niños a actividades. Dejar Hacer. La ciencia puede tener preceptos, pero no límites.
Liceo artístico, el club explora, el año 2018 y 2020, trabaja con estudiantes de cuarto año básico, porque si ellos tienen esa motivación natural, se puede lograr que a futuro puedan consolidar ese espíritu científico, y así emplear cada vez más un lenguaje científico adecuado, y que las experiencias que van logrando sean capaces de presentarlas a otros, compartiendo vivencias y compenetrados ellos mismos en lo que están haciendo, sin señalarles que lo realizado esta malo o no tiene sentido. El profesor que apoya, acompaña y entiende la mente de un niño pequeño, vera que preguntas simples, son bases de procesos biológicos cotidianos.
